Entre la oferta y la demanda

Entre la oferta y la demanda“Esto me da un post”, rezongué mientras me acomodaba sin demasiado entusiasmo en el asiento delantero del almendrón y, con menos entusiasmo todavía, le alargaba 40 pesos al chofer, 10 más de lo que suelen pedir por el viaje entre Santa Clara y Sagua. Era el fin de semana de las madres: la gente ansiosa por llegar a sus casas, el transporte estatal tan lánguido como siempre y los boteros haciendo zafra.

El sobreprecio del pasaje lo pagué, no obstante, luego de convencerme de que en aquellos predios no marchaba del todo bien la dinámica entre la oferta y la demanda. Al menos, no como dicen que debe funcionar.

“¿Usted también va para Sagua?”, le pregunté a otro de los choferes.

“Sí, pero ahora no”, expresión que quiere decir en el argot de los boteros: “Sí, pero hasta que este no se vaya cobrándote más, no puedo cargar la máquina”.

Insistí, juro que insistí, pero el sindicato de los choferes de alquiler había decidido subir -espero que coyunturalmente- el precio del pasaje en virtud de la misma ley de oferta y demanda con la cual yo pretendía defenderme.

Resabiosa como suelo ponerme cuando siento mis derechos vulnerados, solté una diatriba contra la acumulación originaria de capital, la especulación financiera y la precariedad de los salarios, una especie de monólogo que ellos escucharon sin inmutarse; solo cuando terminé, creyendo que los había convencido con mi discurso proletario, se me acercó uno de los boteros, me pasó el brazo derecho sobre los hombros y me dijo: “Mira, muchachita, no estés armando foco. Hoy es a 40; si quieres, bien; si no, te vas para allá enfrente”.

(Allá enfrente: Dícese de la terminal de ómnibus intermunicipales de Santa Clara, instalación recién remozada en la que, sin embargo, los ómnibus estatales pueden lo mismo salir que no salir, por lo general, con una frecuencia diaria, mientras las camionetas particulares se roban el show de la transportación de pasajeros. Allá enfrente, con el tono despectivo en que me fue dicho, parecía referirse al lupanar de carteristas y rascabucheadores en que, también a veces, se convierte el sitio).

De manera que no me quedó más remedio: saqué las cuentas elementales -que los 48 kilómetros entre Santa Clara y Sagua vendrían saliéndome en dos días de trabajo-, pensé en Anita , que había aprendido a prescindir de todo cuanto no fuera para su niña, y me tragué a como pude el ataque de dignidad.

Ya con los pasajeros rumiando dentro de aquella suerte de lata de compota, la excusa del chofer terminó por exasperarme hasta hoy: “Imagínense, yo estoy obligado a cobrar más porque ahora todo el mundo va para Sagua, pero a lo mejor regreso vacío y eso no me daría resultado. Además, la carne está muy cara, ¿me entienden?”.

35 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Leticia dice:

    no, no entiendo!!!!

    1. Tampoco yo, Leti, pero se lo dije al botero: «No entiendo que tenga yo que pagar el alto precio de su carne y de la mía. Ya le di los 40 pesos pero no me pida que se los dé contenta». Pero qué le vamos a hacer, es cierto también lo que él me dijo, que si no quería pagarlos me fuera para la terminal de enfrente, solo que, de hacerle caso, hubiera llegado a mi casa varias horas después. Él se salva que yo no tengo carro, jejeje. Besos, Leti.

  2. Adrián Fonseca Quesada dice:

    jajajajajaja!!!! creíste que podías con esos boteros??? hasta donde son capaces de llegar estos tipos??? y la frase de muchachita me hizo recordar un ilustre personaje que hace aproximadamente un mes te llamó de igual forma.Besos; Adrián…

    1. Adrián, cuánto me he reído con tu comentario. Si supieras: mientras escribía la parte del cuento a la que haces referencia me acordé del incidente. Estuve a punto de poner «mi niña», como fui llamada hace poco, jejeje, aunque esa escaramuza no habrá de constar en ningún post, jejeje. Saludos y gracias por mantenerte en esta finca, jejeje.

  3. Yole dice:

    La oferta de la demanda, o la demanda de la oferta, o el abuso, da igual, no sé hasta dónde llegará la antiley de oferta-demanda que se ha instalado sobre nuestros humildes bolsillos, sufro nada más que de leer tu post

    1. Imagino que la sacrosanta ley sirva entre nosotros para abultar los bolsillos de los cuentapropistas, para que ellos, por ende, deban pagar más en tributos al Estado y, supongo que de esa forma, el Estado consiga re-distribuir los ingresos. Solo así podría beneficiarnos, porque ya está comprobado que, al menos aquí, para bajar los precios no sirve.

  4. Ana dice:

    Un artículo superfialmente correcto.No hay profundidad en tu análisis,mira que culpar a los boteros por elevar los precios.Por qué no vas a la raíz del problema?

    1. No siempre para llegar a la raíz del problema hay que dejar las conclusiones explícitas. Sáquelas usted misma, que eso hace la gente inteligente: leer entre líneas. Gracias por leerme, aunque sea superficialmente.

      1. Sergio dice:

        Es una pena que me veo compulso a sacar estas conclusiones explícitas (ojalá yo me equivocara). No puedo omitir aquí la palabras de oro de Ernesto Guevara: «La palanca del interés material en el socialismo es como la lotería de Pastorita; no alcanza a iluminar a los ojos de los más ambiciosos ni a movilizar la indiferencias de los más».
        En Moscú, después de un ataque terrorista en el metro en 2010, los boteros (según noticias y blogueros) multiplicaron sus precios habituales por 10. Putin y el patriarca hasta se vieron obligados a intevenir, apelando a la conciencia y bla-bla-bla. La conciencia subió a tal punto que al cabo de unos meses, después de un otro ataque terrorista en el aeropuerto, los boteros multiplicaron sus precios por 20. Aunque huvo y la gente que conscientemente vinieron con sus coches para ofrecer una ayuda gratuita.
        A este respecto me acordé de Dr.C. Esteban Miguel Morales Domínguez: «Es necesario tomar en consideración, que nuestro pueblo no es ya una fuerza revolucionaria compacta y homogénea, como la de los primeros años de la Revolución. Lo cual se expresa, sobre todo, en disímiles grados de consolidación de la relación entre conciencia social y conciencia individual, entre lo colectivo y lo personal».
        Aunque no todo está perdido todavía, lo comprueban así los cubanos mismos como mis conocidos extranjeros.

        1. Es lamentable que, en efecto, el interés material haya probado estar tan lejos del altruismo, con sus raras excepciones, como es lógico. El ser humano es por naturaleza egoísta, y si esos resortes irracionales que llevamos en la información genética son exacerbados por el contexto social, pueden desembocar en una sociedad como la que siempre hemos criticado: la del consumismo y el apego a lo material. Los cubanos debemos velar por que, en la misma medida en que se fomente la iniciativa «por cuenta propia», se le explique más a la gente que el fin no es el beneficio particular sino la mejoría de todos. Ahora mismo, no estoy muy segura de que vayan a la par las medidas económicas y la conciencia social. Mientras, cruzo los dedos para ver si me toca subirme al almendrón de un cuentapropista consciente, que también los hay, por supuesto.

          1. Sergio dice:

            ==El ser humano es por naturaleza egoísta==
            No puedo decir que soy un gran experto en este tema, pero ciertas investigaciones científicas (Ronald Fisher, John Haldane, William Hamilton – sólo para nombrar unos pocos) rebaten este planteamiento. Es decir, así genes egoístas como genes altruístas eran (y son) las partes integrantes de la evolución (que sigue desarrollándose) – y no sólo de homo sapiens, sino de otras especies también. Algunas tesis:
            – El egoísmo como la estrategia conductista es ventajoso al nivel individual, pero perdedor al nivel de grupo. Por lo tanto, el mecanismo de selección natural es en su esencia el mecanismo de selección de parentesco (familiar).
            – Por ejemplo, la aparición de organismos multicelulares naturales [no estoy seguro del término] fue el mayor triunfo de la evolución del altruismo.
            – La capacidad del comportamiento altruista está puesta en genes humanos debido a la necesidad en cooperación como en un mecanismo de supervivencia de grupo.
            – Por ahora no se sabe en qué fase está la evolución del altruismo en la humanidad actual: si la etapa «genética» terminó hace tiempo y hoy se desarrollan sólo aspectos sociales y culturales de esta evolución, o si la evolución del altruismo sigue siendo al nivel de genes también.
            – Entre los niños, hay cerca de 5% altruistas devotos que siempre cuidan de los demás, y la proporción de tales niños no cambia con la edad. Hay «infants terribles» que tratan de tomar lo todo de los demás y no dan nada a nadie, cuya proporción disminuye con la edad. Y hay «partidarios de la justicia» que tratan de dividir lo todo en partes iguales, y la proporción de tales niños crece drásticamente con la edad.
            – Existe la teoría de que el altruismo puede evolucionar sólo en combinación con el llamado paroquialismo [no sé cómo se escribe correctamente] – es decir, la hostilidad a forasteros (Choi J. K., Bowles S. The coevolution of parochial altruism and war).
            – El mecanismo del mantenimiento del altruismo mediante la mejora de la reputación de la persona que realiza un acto altruista, funciona no sólo entre los seres humanos (el potlatch, por ejemplo), sino también entre muchos animales.

            Etc. De toda esta locuacidad sobre altruismo se puede deducir al menos un consejo práctico: la próxima vez, cuando Usted se enfrentará con boteros, tome consigo una jeringa con la oxitocina y clávesela sin notarse – sólo no exagere con la dosis, para que ellos no se los regalen sus coches, sus bolsas y etc. : )

            P.S. Gisselle, ¿podría Usted explicarme las acepciones de las locuciones cubanas: «subirme al almendrón», «el turisteo» y «los fenicios, los fenicios»?

            1. La referencia al egoísmo, Sergio, fue completamente metafórica, por aquello de que el hombre es el lobo del hombre. Usted se lo tomó al pie de la letra y acaba de desarrollar una teoría de la evolución basada en los genes altruistas y egoístas que hubiesen hecho temblar al mismísimo Darwin. Le agradezco la disertación pero debo reconocer que ganarme semejante responso no era mi objetivo. Ya quisiera yo que los boteros me regalaran sus carros, pero no creo que ni con una dosis mortal de oxitocina, como usted me recomienda, lograría que se desprendieran de sus ganancias. Saludos, again.

            2. DeepWebCU dice:

              Jajajja, no terminé de leer tu disertación, pero es muy cómico que te lo tomes tan en serio.

          2. Sergio dice:

            Bueno, mis profesores de la universidad lingüística al parecer me engañaron sobre la acepción de la palabra «metáfora» 🙂 Lo que «el hombre es el lobo del hombre» es una metáfora, esto sí, aunque no he comprendido si Usted está de acuerdo con ella o no.
            La teoría expuesta no fue mía, sino de ciertos científicos británicos y rusos, yo no más que les acompaño.
            En cuanto a la «disertación»: se la entregar tampoco fue mi objetivo, pero «l’appetit vient en mangeant», lo que me sucede de vez en cuando y sucedió esta vez.
            Pero… Sabe Usted, me encontré con una cosa rara: de 6 o 7 veces que yo preguntaba los blogueros cubanos sobre algo lingüístico, sólo una vez obtuve la respuesta. Ya he comenzado a pensar en que las acepciones de palabras son el secreto de Estado en Cuba 🙂 Aunque he oído que para un cubano decir «no lo sé [algo sobre Cuba]» equivale a una deshonra pública, lo que también pueda ser una explicación de eso. La tercera explicación posible habrá sido que mi español subdesarrollado a veces me impide expresarme (y a consecuencia de esto, ser percibido) adecuadamente. Pues, estoy totalmante confuso 🙂

            1. No solo está usted confuso, sino que nos tiene confusos también a sus lectores, porque al menos yo no comprendo exactamente qué se propone. Tengo un «no sé» que confesarle: no sé ni jota de francés, y no me avergüenza, por tanto, no sé qué me quiso decir con «l’appetit vient en mangeant» y no sé un millón de cosas sobre mi país que tampoco me avergüenzan, me faltan argumentos para responder a un millón de temas, lo cual no quiere decir que sean secreto de Estado. Pero bueno, también comprendo que cuando uno quiere ser hiriente en escenarios como estos, hay que hablar de algo, no? Saludos

          3. Sergio dice:

            “l’appetit vient en mangeant” = el apetito viene comiendo, pardon my french 🙂

            ==no sé un millón de cosas sobre mi país que tampoco me avergüenzan==
            Tengo el misma problema.

            Bueno, como yo veo un acto de comunicación en general y en nuestro caso en particular. Un tal S recibe un mensaje de una tal G. Poniéndose a responderle, S se transforma en S1; su español defectuoso transforma las palabras de S1 en las de S2. G percibe estas palabras como las de S3 y le responde a un S4. Se lo aseguro a Usted que S y S4 son hombres bastante diferentes y que el primero tenía nada que ver con «querer ser hiriente» etc. Saludos sinceros.

            1. DeepWebCU dice:

              Jajajaj, esta si me la leí completa. Usted debe o debió ser profesor en su época. Doctor en literatura o quizás en algoritmos de encriptación. Esa destreza para hacerse entender es de las mejores que he visto. Por cierto: ¿Qué pasa si a su ecuación le sumamos un S5 que tiene mucho tiempo libre y se interesa porque S1 no sea tanto así, sino que se comporte como S2 y le diga al fin que sí a G?

  5. Musculoso dice:

    Gisso, es difícil para el que viva del salario aceptar sin recelos una máquina a 40 pesos, cuando sabes que te queda por lo menos otro viaje a Sagua antes de que el siguiente pago se haga realidad, pero el respeto al otro desgraciadamente está en extinción, no serás la primera ni la última en montarse en una máquina con ese precio.
    Hace unos días, mientras escapábamos de la jornada laboral, Dayamis y yo fuimos a una cafetería particular a merendar, me compré un refresco de tamarindo, uno de mis preferidos, oye, y te digo que son los dos pesos más malgastados, aquello sabía a rayos encendidos y me lo tomé, como un niño que se toma un jarabe inocuo e insípido.
    Así que amiga, calma, que si te alteras con la oferta lo que harás será demandar un calmante para no morir del infarto y a lo mejor te lo cobran también a 40 pesos. Dime por lo menos que fuiste en una ventanilla cogiendo fresquito y disfrutando del paisaje eh???? ja ja ja

    1. No, Musculoso, para colmo me tocó ir al lado del chofer que me cobró los 40 pesos, o mejor: entre la palanca del almendrón con la cual él tenía que maniobrar cada dos minutos y un compañero a mi derecha que se hizo el sueco y me cogió la ventanilla. En esos predios del sálvese-quien-pueda no vale demasiado ser mujer, estar levantada desde las tres de la mañana y sentir náuseas. Lo que más me incomoda no es dar los 40 pesos, sino soportar que el chofer me diga que no le queda más remedio.
      Para ser justa debo añadir que también me he encontrado en la ruta Sagua-Santa Clara boteros nobles, de los que te llevan un tramito más lejos sin cobrar recargos, de los que te ayudan con la mochila, aunque ahora mismo no recuerde ningún ejemplo concreto de los que te cobran menos, jejeje. Saludos, Musculoso, óigame que simpático está ese alias que se ha buscado…

  6. Carlos Luis Sotolongo Puig dice:

    Ay, Gisse, qué dejarás para mí, que tengo que exprimirme el bolsillo con 60 pesos, que es lo que cuesta la máquina Trinidad-Sancti Spíritus, sea o no día de las madres.
    Si no te conviene, como dicen los choferes, también te puedes ir para allá enfrente: dícese de la infernal parada donde puedes estar desde 1 minuto hasta un día entero, a la buena de Dios, esperando que pase «algo». Si no, siempre quedan los camiones (y todo lo que ellos implican: un viaje super lento, atestado de gente)
    Lo peor es que la estampa del transporte Trinidad-SS no ofrece ninguna esperanza de mejoría.
    Así que no te sientas mal, que siempre hay otros con el panorama mucho más gris. Un beso.

    1. La parte buena, Carli, es que siempre nos quedan estos espacios de catarsis, el sitio donde desahogarnos y compartir historias parecidas. Lo malo es que los boteros no nos leen, ni les importa, ni van a bajar los precios por estos exabruptos on line. De hecho, ya los boteros no están obligados a bajar los precios por nada. Supongo que algún día la ley de oferta y demanda servirá para lo que dicen que debe servir: para regular el mercado. Esperemos…

  7. César dice:

    Gracias por la simpática entrada y los comentarios. Felicidades por la excelente redacción.

    1. Gracias a usted, por la lectura y los elogios. No pierda la costumbre de comentar, que siempre resulta muy gratificante…

  8. oski dice:

    Gisse, ya te he comentado en dos oportunidades y no me respondes…mira tu trabajo lo sentí en carne propia, me dolió como a mí lo que te pasó en tu viaje a Sagua. Miles de veces he tenido que pagar más, mucho más de 13 pesos que cuesta el pasaje en Ómnibus Nacionales desde Santa Clara hasta el Yayabo, si no lo hago me quedo a dormir en la Terminal, ya lo he tenido que hacer porque el dinero no me alcanza en ocasiones para dar de más, así es la vida hoy por estos lares, así de ilógica.
    Felicidades, pues vi un trabajo tuyo en el periódico Lucas en vivo, muy, pero muy bueno, ya lo había leído pero a la verdad en colores todo es mejor, aunque es una lástima que no seamos pocos los que por estos tiempos tenemos que obligatoriamente mirar el presente y el futuro en blanco y negro. Un beso de tu amigo Oscar Salabarría Martínez, espero me respondas este comentario, es una manera de saber de ti.

    1. Oski, me sorprendes llevando esas cuentas de que si te respondo o no, no sabía que hacías monitoreos, jejeje. No, en serio, te agradezco mucho que me comentes, eso tú lo sabes, aunque siempre prefiero agradecértelo en vivo, como la revista, jejeje, pero bueno, para que conste digitalmente, por aquí también te va el saludo.
      Sobre el post, qué agregar? Solo no ven los problemas de transporte los que tienen carro -aunque ya tú y yo los podemos comprar, jejeje- o los que tienen dinero suficiente para pagar las tarifas, ya sean de las Yutong, que no se corresponden con el salario promedio en Cuba, o de los boteros, que piden lo que ellos quieran. En fin, el mar… Besos, no cojas esos berrinches on line, jejejeje.

  9. Me parece bueno para tu blog podernos suscribir por correo electrónico

    1. Está la opción, cubanito, al final de la página, debajo. Gracias por la sugerencia, todo cuanto ayude al blog será bienvenido.

  10. JotaDé dice:

    Saludos, Gisse, hasta hoy empiezo a leerte de nuevo por razones de tiempo, pero tengo guardados todos tus post así que no me perderé nada.

    Hace algún tiempo te comentaba que hace falta en Cuba una legislación que proteja a lo consumidores de los abusos de los proveedores de bienes y servicios, lo que se vuelve urgente en la medida que aumenta el sector cuentapropista pero que también es válido ante empresas y comercios estatales cuyos administradores se pasan de vivos y tienen resultados económicos positivos sobre la base de abusar del consumidor.

    Por desgracia tu ejemplo y el de algunos de los lectores confirma esa necesidad y su urgencia. Olvidémonos de que la ley de la oferta y la demanda va a regular los precios, esa es una fábula económica toda vez que la «competencia perfecta» es una utopía como cada día nos muestra la realidad de los mercados. La libertad de empresa es una cosa y el libertinaje de rapiña otra muy diferente, y esto lo aceptan hasta los gobiernos más atrozmente neoliberales de forma que regulaciones de este tipo existen en todos los países.

    Además haría falta estimular el nacimiento de asociaciones y organismos de consumidores que incidan en la aplicación de la norma, de manera que el Estado tome su papel de regulador y árbitro entre proveedores y consumidores. Te aseguro que, en el ejemplo de tu post, un plantón y/o un boicot de consumidores haría entrar en razón a los boteros abusadores, y a las autoridades correspondientes tomar cartas en el asunto.

    Te invito otra vez a profundizar la documentación y reflexión sobre el tema, que en mi opinión debería ser uno de los asuntos permanentes en las agendas de los periodistas cubanos, como voceros de la sociedad y como forma de coadyuvar al perfeccionamiento de la democracia participativa socialista.

    Abrazo fraterno.

  11. Delia Rosa dice:

    Me parece estarme viendo con mi hermana el propio Día de las Madres, cuando regresábamos de visitar la tumba de quien nos trajo al mundo. El joven botero del almendrón que «escogimos» (no había otro por la misma razón que tú terminaste con ese de tu relato) justificó los 15 pesos de Guisa a Bayamo (12 kilómetros) con los altos precios de la gasolina. Arguyó la misma amenaza de regresar vacío. Hmmmm, ¡qué raro!, como diría el humorista Jorge Díaz.
    Hubiéramos podido ir para la terminal (en nuestro caso no enfrente, sino a la izquierda del parque donde parquean los boteros) pero empezaban a llamar y no aparecían los suficientes pasajeros. A ese ritmo, tratándose de un camión como de 40 capacidades, ni a las 11:00 de la mañana, hora en que mi sobrino llamaría a su mamá desde Honduras, habríamos estado de vuelta. Esas son las vivencias cotidianas de nuestra Cuba la bella. Y conste que no hay ironía en lo de bella.

    1. No, Delia, la ironía no está en lo de bella sino en la excusa que a ambas nos puso el botero: la posibilidad de regresar vacío, pero no nos queda otra. Lo que me duele es que a semejante mecanismo le llamen «de oferta y demanda». Como dice el poeta: en fin, el mar…

  12. Gilberto D Piedra dice:

    Me gusta mucho el blog…No puedo evitar comentar sobre este post con el que difiero un tanto…Desde mi punto de vista, la infraestructura de transporte en Cuba es pesima, roza lo surreal…Ese es el problema fundamental que obliga a «tener que morir» con los boteros…Segun entiendo, la diferencia principal con estos radica en los precios: ellos se rigen por oferta y demanda ( como buenos capitalistas por supuesto, sino estarian en sus casas con sus madres o esposas en ese dia especial) y por ende los elevan o contraen segun las circunstancias…Pues si a la subida de los precios del pasaje no pueden acceder los asalariados del estado, porque no reclamar un aumento del salario?…Resueltos los problemas 1 y 2, el botero solo seria una opcion no una necesidad…Ya lidiar con ellos y su arrogancia o falta de educacion seria tan circunstancial como sus precios…

    1. En lo referente al salario concordamos, Gilberto: que actualmente un profesional que trabaje por el Estado gane tan poco, más que un problema individual, debería ser considerado una vergüenza nacional. Espero que esté en vías de solución, espero… Gracias por participar en el blog.

  13. el inagotable dice:

    !Eureka! O sea, Lo encontre. Pense que teorizarias sobre oferta y demanda y teoria de Mercado, para darte un repaso de formation de precios a lo Marshall o Walras…. A proposito, la teoria valor trabajo de Marx, te aseguro que no vale el papel en que viene impresa Pero no puedo ahora argumenar (Mas tarde si quieres) pues tengo cita con mi medico que me cobrara, Ja Ja Ja Ja una bonita suma.

    Lo unico que te digo, por el momento es que el precio que te cargaron,

    aunque te parezca abusivo, fue justo. porque no te pusieron un punnal en

    el pecho.

  14. el inagotable dice:

    El vendedor, Gisselle, tratara siempre de sacar la mayor ganancia posible. Por lo general tratara de cargar el precio maximo, pero no siempre lo logra.

    El comprador hace todo lo contrario. Puja a la Baja, busca ofertas, regatea. Los precios – y el valor- segun la teoria universalmente aceptada, (Dijo Vasily Leontieff, Premio Nobel, que la teoria de precios moderna no le debe nada a Marx… Yo difiero un poco de esa idea)….pero, repito, los precios se forman donde se corten las curvas de oferta y demanda. Ello es obvio, No necesita mucho debate. Marx, en cambio, solo contemplaba- idea tomada de Smith, David Ricardo y William Petty, el lado de la oferta)

    Para que los precios de un bien tiendan a la baja- cosa que todos queremos-se precisan diversas condiciones: La competencia entre diversos productores forzara, en condiciones normales, el precio a la Baja. De ahi, que si Pepsi , en secreto, hace un acuerdo con la Coca-Cola, ambas deben ser penalizadas por las leyes antimonopolios. De la misma manera, se penalizan los que, por ejemplo, cargan precios abusivos a los generadores electricos ante la llegada de un huracan.

    Otra condicion requerida es que el Estado, el emisor de la unidad o medida de valores, instrumento de intercambio y vehiculo de atesoramiento, NO NO NO la deprecie lanzando toneladas de pesos al mercado.

    La idea es que, excepto casos puntuales, el Estado la c…. cuando se mete a fijar los precios de los bienes y servicios o de la compra venta de divisas extranjeras, como es el caso del actual control de cambios en Venezuela.
    y que la vuelve ensuciar cuando emite excesivo criculante.

    Los monopolios o la ingerencia estatal pueden surtir efectos muy danninos. No hay nada mas antieconomico que un Estado dictando el precio o tarifa en el Mercado, lo cual, se hace en los EE UU solamente cuando no queda otro remedio, en los sectores , entre otros, de
    las comunicaciones, que funcionan como «monopolios naturales»

    En la Florida, por ejemplo, podemos optar por . estimo, seis o siete diferentes proveedores de television por cable y otro tanto para los
    servicios de internet y telefonos celulares. En Cuba, lamentablemente, ustedes tienen que morir con Ectesa.

  15. DeepWebCU dice:

    Leyendo en alguno de los comentarios la frase «salvase quién pueda» me acordaba en cada ocasión las colas que se hacen en esa terminal del frente para coger cualquier transporte. Realmente no entiendo como sucede que se pide el último de forma educada, frente a la puerta se forma un tumulto pero medio organizado, pero cuando abren esa puerta la gente se transforma. En ocasiones nadie puede pasar, porque hay dos en la puerta empujándose, tratando de salir a la vez y … bueno terminar pagando los 40 pesos en los almendrones es una opción viable si quieres llegar a Sagua sentado, y sin la atenuante de terminar con un brazo fracturado.

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