Lo más parecido al paraíso

Lo más parecido al paraísoCayo Esquivel era el paraíso: las blanquísimas arenas de Varadero sin el recalo de pomos o latas viejas; la vegetación de Varadero sin los hoteles metiendo sus narices como vecinos intrusos por entre las caletas; la luz y el olor a salitre de Varadero, pero sin el agobio que siempre ha provocado el turismo. Cayo Esquivel era lo más parecido al paraíso. O todavía lo es, solo que ahora no sabes si sigue así, exactamente.

Para conquistar aquel recodo bucólico, donde las familias de la high tenían en los años 50 sus casas de veraneo, debes abordar una patana en los muelles de Isabela de Sagua, fijar rumbo norte y disfrutar un trayecto que, al menos tú, obnubilada con los espejismos de la nostalgia, recuerdas hasta con delfines y leyendas de naufragios.

“En el cayo de allá dicen que los piratas enterraron un tesoro… ¿Ven aquellos mangles? Pues ahí va la gente a buscar ostiones… Cuentan que en esa franja de tierra estuvieron tres pescadores perdidos una semana entera…”. Ciertas o no, las fabulaciones del guía, isabelino necesariamente, en última instancia sirven para despistar el mareo, esa sensación de náusea que no se quita sino hasta mucho tiempo después, cuando dejas de luchar contra las veleidades del agua y el nudo en el estómago cede.

De islote en islote, vestigios del delta hoy sumergido del río Sagua, se llega a Esquivel. O se llegaba, no lo tienes claro. Cuando la patana entronca en el muelle no puedes creer que has dejado la seguridad de tierra firme —todo lo firme que puede ser la tierra desprendida del continente— para desembarcar en un reservorio de mangle y mosquitos. Solo mangle y mosquitos a derecha e izquierda durante un rato, hasta que el mangle se acaba abruptamente y te hundes hasta los tobillos en la arena. Frente a ti, la duna casi virgen y, más allá, el azul del mar abierto.

Entonces te frenan en seco: “Ven para ponerte un pullover sobre la trusa… No te lo quites que casi no hay sombra… Mira que hasta por la tarde vamos a estar en este resistero”. Pero son por gusto las advertencias, básicamente porque tienes siete años, la edad que aterroriza a tus padres porque preguntas de más y te quitan la leche de la libreta; y con siete años, libre en una isla desierta y esa piel de europea no queda más remedio que achicharrarte y aguantar, una vez de regreso, las reprimendas de Anita. Que te lo advirtió protesta, mientras enjuaga tu espalda con sahumerios de vinagre.

Pero lo que pase en la noche no interesa en lo absoluto. Ahora te deslumbras con ese paraíso que parece orquestado solo para ti y para los cinco o seis muchachos que vienen, como tú, con sus padres; ni siquiera para los mayores, que apenas se mojan las pantorrillas en el mar y andan enredados con sus ollas de comida y sus resabios de adultos: la escasez que se avecina, las provisiones que se acaban, la caída de cierto muro.

Ahora tienes a Esquivel enfrente, y no sabes por qué comienzas a recoger hojas de caletas; a guardar caracoles y conchas en un pomo de refresco; a cerrar los ojos y tatuar en el recuerdo la línea sinuosa de la costa, la lengua de arena blanca que se pierde de pronto, detrás de unos pinos, y el color violáceo de las nubes que se despeñarán sobre la embarcación apenas enrumbe de vuelta hacia Isabela.

Lo grabas todo en esa memoria de elefante que Dios te dio. Y haces bien, porque con siete años no lo imaginas, pero apenas unos meses más tarde vendrá la crisis de los balseros y los cayos que viste en el trayecto se llenarán de botes, chapines y barcas improvisadas que saldrán en estampida sin rumbo ni concierto.

Esquivel era lo más parecido al paraíso. Quizás todavía lo es, pero tan al norte que ya no tienes forma de saberlo.

Utopía

10 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Wilfredo Morales Peraza.- dice:

    Muy buen comentario y análisis de Gisselle respecto al verdadero Paraíso que tiene la región norte central, llamemos Isabela de Sagua que hoy no presenta hasta donde se comunicación alguna con los habitantes de la región, algo que no se ha explotado y que tiene una calidad excelente comparado desde el punto de vista natural a la playa mas linda del Mundo Varadero,un verdadero polo turístico que considero pues lo he visitado que es y será del agrado de todos los visitantes,la inversión es necesaria para su explotación pero también esta se paga sola muy rápido estoy seguro de ello,lo mas importante y necesario es la intención quiera Dios así sea.-

  2. el inagotable dice:

    Primero, Felicitaciones a la talentosa joven. Admirable estilo. Me recuerda un tanto al «Siglo» de Carpentier, lectura a la que me dedico ahora en los poquisimos ratos de ocio en que estoy enfrascado y que ponen a prueba mis deseos de permanecer inagotable. En este paraiso terrenal – he tenido que trabajar , caiganse pa’tras, unas 28 horas martes y miercoles – A dicha lectura quisiera luego referirme sin (probablemente con) animos de darmelas de sabelotodo, Je Je un terrible defecto que me reconozco.

    Segundo, dos o tres frases me hacen suponer, leyendo entre lineas , que no solo de la belleza natural del paradisiadco paraje se refiere la muchacha en esta entrada. «Lo mas parecido al paraiso» donde se menciona que a los ninnos les quitaban la leche a los siete annos, balseros, rumbo norte, la caida de un muro, etc etc

    Carpentier:

    Aunque mi conocimiento de literatura es autodidacta. Je Je. me atrevo a opinar que lo mejor de Alejo son sus dialogos y una que otra descripcion de situaciones. Al menos cuando se mete en ese estilo barroco a describir los entornos fisicos donde se mueven sus atormentados personajes – la pacotilla, como dicen en Cuba, el inagotable se aburre. Luego volvere con el texto de Gisselle. miren este delicioso parrafo donde menciona A C que los negros nunca han guillotinado a una mujer (A mi, que soy blanquito , cuando Gisselle me censura mucho me entran ganas sino de guillotinarla, al menos de agarrarla por el pescuezo. Je Je )

    Copio:
    … Los negros las despatarran, violan, destripan, pero serian incapaces de guillotinar a una mujer en frio. Al menos, no conozco ejemplo.
    «Para ellos, la mujer es un vientre, dijo Esteban.
    «Para nosotros una cabeza- dijo Sieger’ Llevar un vientre entre las caderas
    es mero destino. LLevar una cabeza sobre los hombros, una responsabilidad»
    Billaud se encogio de hombros para significar que la salida del suizo cerecia de ingenio.

  3. Qué bueno, mi Flor, que te decidiste a escribir esa aventura. Volví a vivirlo más nítidamente hoy con esa magia tuya con las palabras. Hoy también yo, con este exquisito post, naufragué en aquellos cayos.

    1. Y eso que la historia, con pelos y señales, ya tú la habías oído. Esas tertulias de mediodía siempre me salvan. Un beso!!!

  4. el inagotable dice:

    Bellezas y ensennanzas del «Siglo de las Luces» Je Je

    Insisto, a pesar de que Gisselle desdenna mis opiniones literarias y politicas, unas , por elementales y otras porque las encuentra my rancias. Ja Ja Ja

    Simpatizo con el personaje de Esteban, otro renegado de mi mismo estilo.

    Annos despues, de regreso a casa, embarcado en la narracion de sus andanzas habiendose integrado a la Revolucion Francesa, y salvado el cuello de la guillotina de puro milagro, refiriendose a un amigo y protector comun, Monsier Hugues, que fuera elevado a sanguinario Comisario por Robespierre; el atribulado ex-revolucionario le implora a Sofia: «No me preguntes por Victor , se nos ha vuelto un monstruo y luego, filosofa el atormentado personaje de Alejo Carpentier con una frase semejante a la que proyectara annos despues a Chavez a la presidencia:
    «Esta vez, la revolucion ha fracasado. ….Acaso la proxima sea Buena. Pero, para agarrarme, cuando estalle, tendran que buscarme, con linternas a mediodia. Cuidemonos de las palabras hermosas, de los mundos mejores creados por las palabras»

  5. el inagotable dice:

    No soy tan rancio, Gisselle. Apoyo la nueva ley migratoria del
    Presidente Obama por razones humanitarias.

    Stand up and fight for reform—add your name today:

  6. El inagotable dice:

    Sobre la entrada hay cosas que lei varias veces y creo que al final me quedan claras, Je je Aun mantengo mi capacidad de analisis, me justifica que suelo leer muy rapido.

    Este parrafo,

    ..Esquivel era lo más parecido al paraíso. Quizás todavía lo es, pero tan al norte que ya no tienes forma de saberlo.
    —-
    Ante todo, Gisselle no sabe si aun se mantiene ese sitio en condiciones. La mayoria de las playas estan en malas condiciones.
    Y ahora veo que eso de tan al norte se refiere a nosotros, los exiliados
    .
    Gisy. El paraiso del trabajador si lo hubiera, esta en los EE UU, Ja ja,
    pero solamente durante los dias en que no se sufre la tortura del trabajo o sea los fines de semana _Yo descanso de que me matraqueen los viernes y domingos- y a veces cuando lloro mucho , me dejen tomar algun que otro feriado.

  7. Excelente crónica. Escrita con sencillez y profunda en sus esencias. Felicidades. Me la «robé» para eltimbeke.blogspot.com y de paso aprendí que los propietarios del restaurant Cayo Esquivel en Miami, son de Isabela de Sagua, tienen allí muchs fotos del lugar y de sus recuerdos y nostalgias.

  8. Gisse: tarde, pero no podía dejar de comentar esta delicia de post que me hizo soltar las lágrimas. Esto está escrito desde el alma, mi vida. Precioso regalo a quienes te seguimos cada semana. Un beso desde el otro lado de la puerta…

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